Sometimes there are emotions, feelings that you cannot transmit,
It’s hard to describe them
You don’t take the control of the situation, of what you feel
And not always you're able to understand why,
Why do you feel that or why you don’t feel it
It’s strange
Maybe is how am I
I don’t know
I'd like to see inside of me and understand
I’d like to have the key of knowledge
ÚTOPICA REALIDAD
PENSAMIENTOS,IDEAS Y OPINIONES
Todos ven lo que aparentas, pocos advierten lo que eres. Maquiavelo
No hay espejo que mejor refleje la imagen del hombre que sus palabras. Juan Luis Vives
sábado, 8 de mayo de 2010
jueves, 28 de enero de 2010
Del islam al cristianismo: mi historia
Hay lugares donde la libertad no existe. Y nacer en esos sitios es cargar con unas cadenas irrompibles toda la vida, pudiéndote librar de ellas únicamente con tu muerte. Hay personas que no ven esas cadenas, aunque carguen con ellas, porque no han tenido ocasión de verlas y saber que otras personas no cargan con ellas o piensan que ha así ha de ser. Y aquel que dude de que esas cadenas son las que se han de llevar y se atreva a desafiar y querer deshacerse de ellas, irá al infierno y habrá de morir.
Hay lugares en el que al segundo de nacer tu futuro ya está escrito, por tu raza, sexo y religión impuesta. El término elegir no existe. Cuando a los pocos años de vida tus padres te comprometen con otra persona y deciden por ti con quien te casarás y a quien deberás amar.
Donde nacer mujer es no ser prácticamente nada. Pues en un libro está escrito que el hombre es superior a la mujer. Y cuando él tiene derecho a todo y por todo es excusable, la mujer no.
Un lugar donde la tradición, la fé, el honor, lo que siempre ha sido y siempre será, es mucho mas fuerte que cualquier lazo familiar. Pues seguir la ley, seguir lo que la religión dice, está por encima de todo lo demás. Y no se puede discutir, no se puede reflexionar, ni cuestionar y mucho menos si se es mujer.
En este libro se habla de las cadenas del islam, las que se cargan a todo aquel que nace como musulmán y muestra una de las excepciones a la regla, una mujer que sigue viva después de desafiar la ley, pagando por supuesto un precio por ello.
Sabatina james (pseudónimo) se atrevió a romper las cadenas y seguir viva para escribir su historia. Su historia como mujer occidental atrapada en el cuerpo de una mujer paquistaní y todo lo que ello conlleva. Su rebeldía se fraguó en su adolescencia al vivir en Austria, país en el que descubrió otra forma de vida, desde los diez hasta los dieciséis.
Sentimientos encontrados, la soledad y el desamparo constituyeron su vida durante años.
Un ejemplo de valentía al elegir un camino arduo y difícil con el que poder forjar otro destino no impuesto.
Deberéis leer el libro para conocer su historia. Aunque os diré que renegó de su fe islámica, cuando ya no encontraba apoyo en ella, cuando las respuestas no tenían sentido y abrazó una nueva fe, el cristianismo, a manos de un amigo que le regaló una biblia y en la que si encontró más apoyo y sentido.
Por todo ello pagó un precio, un precio muy alto. Toda su familia renegó de ella y le dio dos semanas para volver a profesar el islam o morir. Pues rige la sharia, la ley islámica según la cual, entre otras cosas, la persona que abandona el islam ha de morir, ha deshonrado a la familia y cualquier musulmán puede matarla sin castigo alguno.
La verdad es que me asusta toda esa intolerancia, esa inflexibilidad, donde solo hay una forma de ver las cosas, y en donde sino piensas como yo, voy a por ti.
Hay cosas que no entiendo. Y sé que hay personas que sin seguir la sharia, también tienen ese pensamiento.
Esta chica nos relata su experiencia de vida, muestra una realidad, no de hace tanto tiempo, pues tiene actualmente unos 27 años.
Hay muchas chicas que no han tenido la suerte de ella de poder escapar y han muerto por esa ley a manos de sus familiares o amigos.
Ha habido chicas que han sido violadas y se han suicidado, antes de ser asesinadas o despreciadas, pues la mentalidad de la mujer de allí es que si te han violado es por tu lo habías provocado o algo habías hecho.
Actualmente todavía hay mujeres que mueren lapidadas.
Creo que como occidental, como europea y como persona hay cosas que no entiendo.
Mando un pensamiento al aire, una oración por todas esas chicas, todas esas personas, y por todo aquello que no entiendo.
domingo, 27 de diciembre de 2009
Adiós al 2009
Hay varios libros que he leído este año.
Hay algunos libros que me compré y no he leído, más que sus primeras páginas y ahí están esperando al momento de ser leídos.
Hay varios sitios que he visitado este año.
Estuve en la montaña, estuve en la playa, en Santander estudiando inglés, estuve en Salamanca visitando una amiga, estuve por los pueblos de Logroño con la familia, casi voy a Málaga, me fui a Madrid con un par de amigas, y también a Berlín a visitar a otra amiga.
Me quedo con los paisajes nuevos o ya antes conocidos, me quedo con los viajes, con el avión, con el tren, con el bus, con el coche.
Me quedo con las experiencias compartidas con las personas con las que fui de viaje y a través de ello pude conocer mejor o almacenar recuerdos.
Me quedo con lo que he aprendido y todo ello me ha aportado.
Y sé que este próximo año seguiré viajando.
Este año he cerrado puertas que debían cerrarse ya. Y que al cerrarlas un peso que había empezado a crearse se liberó y me aportó fuerzas y mayor seguridad.
Son personas que han formado parte de mi vida y me han aportado cosas, sentimientos y momentos pero que ya no tienen cabida en mi vida, ni yo en la suya pues el ciclo terminó.
Hay otras puertas que he abierto, otras inquietudes, otras vías, proyectos y sueños.
Por mi mente pasan ahora las personas que han formado parte de mí este año:
Las que siempre estuvieron ahí y estarán,
Las que han estado y no volverán,
Las que he conocido y compartido experiencias de unos días, una semana y que por diversos motivos no volveré a ver,
Las amistades que mantengo, que te verás mucho o poco, pero siguen ahí,
Las amistades que se refuerzan con el paso del tiempo,
Personas nuevas que conoces y con las que conectas,
Las que no son amigos, son compañeros,
Personas con las que quizá no hablas mucho o compartes demasiados momentos pero conectas, que hablas el mismo idioma y que merecen la pena,
Personas del pasado que te reencuentras una noche en el bar y te alegras de compartir unos minutos de charla,
Personas que hace poco que conoces y que merecen la pena seguir conociendo.
He tenido en mente a una o varias personas por cada frase escrita, de las cuales no diré su nombre, pero si han aportado su grano de arena a este año de mi vida.
Me quedo con los momentos agrios, con los momentos en que me he rallado y no he estado sola. Momentos que me recuerdan que estoy viva, que no soy fría, ni estoy endurecida, ni muerta por dentro.
Por esa sensación agridulce de esa última conversación que dio el carpetazo final.
Me que do con los momentos agradables, por el bienestar interior, por los momentos felices, por la sensación de estar bien y de tener control sobre mi vida. Por seguir caminando hacia adelante. Y no ser veleta.
Me quedo con lo bueno y con lo malo porque de todo aprendes, todo te aporta y el equilibrio impera.
Me quedo con saber que no me quedo atascada, que no estoy quieta, que me queda mucho por andar.
Me quedo con el arte que he podido apreciar, el teatro, la música, la pintura.
¿Con qué me quedo más?
Me quedo…. Con el día a día, con esos pequeños momentos, que son los que han formado mi año. Momentos que he coleccionado, por mi mente pasan y se quedan y aquellos que no recuerdo.
Me quedo con todo esto y doy gracias por este año.
Hay algunos libros que me compré y no he leído, más que sus primeras páginas y ahí están esperando al momento de ser leídos.
Hay varios sitios que he visitado este año.
Estuve en la montaña, estuve en la playa, en Santander estudiando inglés, estuve en Salamanca visitando una amiga, estuve por los pueblos de Logroño con la familia, casi voy a Málaga, me fui a Madrid con un par de amigas, y también a Berlín a visitar a otra amiga.
Me quedo con los paisajes nuevos o ya antes conocidos, me quedo con los viajes, con el avión, con el tren, con el bus, con el coche.
Me quedo con las experiencias compartidas con las personas con las que fui de viaje y a través de ello pude conocer mejor o almacenar recuerdos.
Me quedo con lo que he aprendido y todo ello me ha aportado.
Y sé que este próximo año seguiré viajando.
Este año he cerrado puertas que debían cerrarse ya. Y que al cerrarlas un peso que había empezado a crearse se liberó y me aportó fuerzas y mayor seguridad.
Son personas que han formado parte de mi vida y me han aportado cosas, sentimientos y momentos pero que ya no tienen cabida en mi vida, ni yo en la suya pues el ciclo terminó.
Hay otras puertas que he abierto, otras inquietudes, otras vías, proyectos y sueños.
Por mi mente pasan ahora las personas que han formado parte de mí este año:
Las que siempre estuvieron ahí y estarán,
Las que han estado y no volverán,
Las que he conocido y compartido experiencias de unos días, una semana y que por diversos motivos no volveré a ver,
Las amistades que mantengo, que te verás mucho o poco, pero siguen ahí,
Las amistades que se refuerzan con el paso del tiempo,
Personas nuevas que conoces y con las que conectas,
Las que no son amigos, son compañeros,
Personas con las que quizá no hablas mucho o compartes demasiados momentos pero conectas, que hablas el mismo idioma y que merecen la pena,
Personas del pasado que te reencuentras una noche en el bar y te alegras de compartir unos minutos de charla,
Personas que hace poco que conoces y que merecen la pena seguir conociendo.
He tenido en mente a una o varias personas por cada frase escrita, de las cuales no diré su nombre, pero si han aportado su grano de arena a este año de mi vida.
Me quedo con los momentos agrios, con los momentos en que me he rallado y no he estado sola. Momentos que me recuerdan que estoy viva, que no soy fría, ni estoy endurecida, ni muerta por dentro.
Por esa sensación agridulce de esa última conversación que dio el carpetazo final.
Me que do con los momentos agradables, por el bienestar interior, por los momentos felices, por la sensación de estar bien y de tener control sobre mi vida. Por seguir caminando hacia adelante. Y no ser veleta.
Me quedo con lo bueno y con lo malo porque de todo aprendes, todo te aporta y el equilibrio impera.
Me quedo con saber que no me quedo atascada, que no estoy quieta, que me queda mucho por andar.
Me quedo con el arte que he podido apreciar, el teatro, la música, la pintura.
¿Con qué me quedo más?
Me quedo…. Con el día a día, con esos pequeños momentos, que son los que han formado mi año. Momentos que he coleccionado, por mi mente pasan y se quedan y aquellos que no recuerdo.
Me quedo con todo esto y doy gracias por este año.
martes, 22 de diciembre de 2009
En el avión
Uno de los grandes sueños del hombre ha sido volar. La verdad es que hasta que no subes a un avión y emprendes el viaje no sientes esa magia especial que te permite comprenderlo. Mirar las nubes desde arriba y observar esa belleza blanquecina, unas veces nieve compacta y otras puro algodón. Simplemente reclinarte en el asiento, respirar hondo y admirar la hermosa fotografía. Sin pensar en nada, sin preocupaciones, sin estrés de ningún tipo. La fina línea divisoria delimita el azul claro del cielo, del manto blanco esponjoso.
La nieve compacta desaparece gradualmente para dar paso a lo que bajo ella se hallaba, los montes y las montañas, carreteras y ríos diminutos, cual una maqueta a escala se tratara. La fotografía se graba en mi mente.
Este es el viaje de vuelta a casa, viaje que no será el último. El cúmulo de sensaciones y sentimientos que a veces salen y otras se esconden y que no siempre puedes expresar.
Las inquietudes que te rondan y las expectativas de un futuro que va y viene. Hacen que mi alma se agite, coja papel y boli y observe el interior del avión con cierta extrañeza. ¿De verdad estaremos volando? La niebla cubre toda la ventanilla, todo blanco se ve, nada más.
¿No será todo un complot en el que parezca real y sea todo mentira? Quizá toda esta gente también permanezca sentada en el aparente interior del avión porque así lo crea, se lo han dicho y también está equivocada. Y los leves movimientos del suelo, el leve zarandeo o la ascensión que se perciben, sean movimientos como de una atracción de ferias se tratara.
Y las bellas fotografías que veo a través de la ventanilla sean sólo eso fotografías que pasan ante nuestros ojos, imágenes captadas de una realidad pero no es la realidad en sí misma la que observas. O tan solo quizá cuestionarme si la realidad es real es tan solo una locura transitoria en absoluto real.
La nieve compacta desaparece gradualmente para dar paso a lo que bajo ella se hallaba, los montes y las montañas, carreteras y ríos diminutos, cual una maqueta a escala se tratara. La fotografía se graba en mi mente.
Este es el viaje de vuelta a casa, viaje que no será el último. El cúmulo de sensaciones y sentimientos que a veces salen y otras se esconden y que no siempre puedes expresar.
Las inquietudes que te rondan y las expectativas de un futuro que va y viene. Hacen que mi alma se agite, coja papel y boli y observe el interior del avión con cierta extrañeza. ¿De verdad estaremos volando? La niebla cubre toda la ventanilla, todo blanco se ve, nada más.
¿No será todo un complot en el que parezca real y sea todo mentira? Quizá toda esta gente también permanezca sentada en el aparente interior del avión porque así lo crea, se lo han dicho y también está equivocada. Y los leves movimientos del suelo, el leve zarandeo o la ascensión que se perciben, sean movimientos como de una atracción de ferias se tratara.
Y las bellas fotografías que veo a través de la ventanilla sean sólo eso fotografías que pasan ante nuestros ojos, imágenes captadas de una realidad pero no es la realidad en sí misma la que observas. O tan solo quizá cuestionarme si la realidad es real es tan solo una locura transitoria en absoluto real.
domingo, 2 de agosto de 2009
jueves, 16 de julio de 2009
lunes, 29 de junio de 2009
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